'Lost calls'.

""No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Me hacía gracia esa frase, era tan irónico todo... Y aunque no había perdido a Alec, le había dejado a miles de kilómetros. Me había despedido de él en Charles de Gaulle hacía poco más de dos días y no me podía quitar de la cabeza su rostro mientras me prometía que volvería a Nueva York lo antes posible.Le echaba de menos, sí, y mucho, pero no podía hacer nada, solo esperar a que volviera. Además, la pregunta de por qué se había ido aún estaba dando vueltas por mi mente. Al principio creí que era por trabajo, porque a sus padres les había salido una oferta, y, es más, creo recordar que él me dijo algo así, pero después de que su hermana, Laura, no quisiera contármelo, descarté esa posibilidad. Algo no iba bien y lo podía notar, algo pasaba y Alec no me lo quería contar. ¿Tan fuerte era como para no confiar en mí? Sabe que le apoyaría en todo.
Después de darle tantas vueltas al asunto y de no llegar a una conclusión lo suficiente creíble como para ser verdad, decidí salir de casa. Aún estaba algo agotada por el viaje, pero no aguantaba más allí, así que quedé con Sophie, una compañera de clase que hacía bastante que no veía. Esperaba que al menos pudiera alejarme de todos mis pensamientos por un rato.
-¡Clara! - dijo Sophie al verme.
Siempre había sido muy simpática y alegre con todo el mundo. Hace ya un tiempo que no tenía a nadie con quien confiar en el instituto y ella siempre había estado allí cuando la había necesitado. Podía considerarla una amiga, la única amiga que tenía.
La saludé con un abrazo y empezamos a contarnos cosas del verano. Me gustaba la sensación que Sophie me transmitía: confianza y seguridad. Me contó que había estado en Florida con su familia y que ya tenía todo preparado para el curso siguiente. Era nuestro último curso antes de la universidad. También me explicó que conoció a un chico, Joey, con el cual llevaba un mes y medio saliendo y les iba bastante bien. Me alegré por ella, de verdad que se lo merecía.
- ¿Y tú con los chicos qué tal?
¡Tocada y hundida! Pude notar como me daba un vuelco al corazón, pero respiré hondo y le conté que había conocido a alguien 'especial'.
- Se llama Alec. Y bueno... No es que todo nos sea muy fácil, la verdad. - frunció el ceño. - Le conocí justo cuando terminamos clases, más o menos. Pero cuando estaba segura de que sentía algo por él, me dijo que se iba a París y que no podía impedirlo, que lo había intentado todo, pero no podía hacer nada.
- ¿Y qué hiciste? Porque soy yo y salgo disparada hacia París... - dijo, preocupada.
- Llegué hace dos días de París. Le estuve buscando por la ciudad desde que llegué, ya que él no sabía que iba. Pero lo conseguí, hablamos... y solo me dijo que haría lo posible para volver. - dije, dejándome caer en uno de los bancos de Central Park.
- ¿Crees que va a volver? - su tono era de preocupación, se notaba.
- No lo sé Sophie, no lo sé. Me dijo que me quería, que no podía vivir sin mí, pero algo me huele mal. No sé que va a pasar, y tengo miedo. Ojalá vuelva y pueda verle otra vez, ojalá. - Las lágrimas amenazaban en caer por mi mejilla, pero aguanté mis ganas de llorar.
- Tranquila. Estoy contigo. - dijo - Mira, hagamos una cosa. Si en una semana y media no ha dado señales de vida, tú te vienes conmigo de fiesta, ¿de acuerdo? Deberás pasar página.
Asentí con la cabeza, y miré la hora. Demasiado tarde. Me despedí de Sophie y me dirigí a casa. Por el camino, consulté mi móvil. Sin batería. Genial.
Al llegar a casa, lo primero que hice fue conectar el cargador a mi móvil. Estaba desesperada por saber si Alec me había llamado o dejado un mensaje. Sonó un mensaje. Llena de esperanza, lo abrí. 'Número desconocido ha realizado una llamada'."


¡Hoooola!

Hacía mucho que no escribía la novela así que aquí tenéis otro capitulo, espero que os guste más que a mí, porque sinceramente no me gusta nada como ha quedado. No se puede escribir con prisas.
En fin, que yo sepa nada más que comentar, así que ¡hasta la próxima!

Ene.