Este blog antes se llamaba "Another One" y mi nick era Ene. Tras meditarlo bastante, decidí dejarlo atrás y hacerle un completo lavado de cara.
¡Espero que os guste!

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domingo, 8 de noviembre de 2015

WTF is friendship?

Hay veces que te replanteas quienes son en realidad las personas que en realidad te valoran, que te tienen aprecio. Hay veces que un simple "pero estás bien, ¿verdad?" marca la diferencia.

Y es que cuando ves que esas personas que llevan toda la vida a tu lado empiezan a quitar importancia a todo lo que te sucede, cuando hace mucho que no las ves, quedas con ellas y a penas les importa como te va la universidad, les cuentas cosas y se ríen y solo les importa explicarte cosas de sí mismas, te empiezas a replantear quienes son tus verdaderos amigos, te planteas si alguna vez les has importado para algo más que no sea por puro interés. Y te decepciona, te decepciona mucho, porque te das cuenta que has vivido toda la vida engañada, ciega.

En cambio, sorprende, y mucho, lo que puedes llegar a importar a alguien que conoces desde hace poco más de un año, o incluso menos. Personas que al verte notas que se alegran, personas que dedican un segundo de su vida a preguntarte por la tuya, por como te va en la universidad porque saben lo que te ha costado entrar y lo que te apasiona lo que estás haciendo, por preguntarte "¿estás bien, verdad?" con una sonrisa sincera al ver que les hablas con entusiasmo. Y es eso lo que te abre los ojos, esos pequeños e insignificantes detalles, lo que te hace ver que para esas personas significas más que para otras. 

Y es algo que no te entra en la cabeza, que te cuesta de creer, que después de todo los momentos que has pasado a su lado, después de todo lo que has vivido, gente que crees que te conocía mejor que otras personas por haber estado más tiempo "a tu lado" parece que ni les importes. Pero te acabas dando cuenta de que todos esos momentos los consideran absolutamente insignificantes, que para ellas solo eres un bulto, que no cuadras a su lado, que no te toman en serio por muy en serio que les hables y que no entienden que te duela que se rían de lo que digas, de lo que pienses o de ser diferente de ellas. Que ya no les queda una pizca de respeto hacia ti.

Por suerte hay otras personas a las que puedes aplicar el significado de la palabra amistad, porque amistad no es el término más adecuado para definir a esas personas que no te valoran ni aprecian.



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martes, 1 de septiembre de 2015

"We keep this memories for ourselves".


Una página en blanco y miles de cosas por decir, pero seguía sin encontrar palabras para aquello, para explicar como se sentía. Un mes, hacía un mes que se había ido y le seguía echando tanto de menos como el primer día. Los acordes de Photograph, de Ed Sheeran, sonaban de fondo, como ayuda para que le salieran las palabras. Pero nada, toda primera palabra que se le ocurría parecía poca para lo que tenía que decir. 
"Loving can hurt, loving can hurt sometimes". 
Lo tenía: con la primera frase de la que fue su canción empezaría aquel escrito al cual le dolía no ser capaz de llamarle carta pues no tenía lector, aunque sí tenía destinatario. 
"You won't ever be alone...".
Escuchaba lo que la canción decía y le parecía ayer cuando se la cantó al oído, prometiéndole que nunca se sentiría sola. Soledad. Era gracioso, cada vez que pensaba en ello una sonrisa llena de ironía se asomaba en sus labios. Antes de conocerle, pensó que sería lo único que sentiría toda su vida. Al conocerle, la soledad se fue de su lado, pero últimamente, desde que él no estaba, la sentía más cerca que nunca. 
"We keep this love in a photograph, we keep this memories for ourselves".
Había encontrado las palabras, había empezado a escribir y nada la había detenido hasta tener todos sus pensamientos redactados. Había escrito todo lo que le pasaba por la cabeza y lo había cerrado en un sobre junto a una foto, una foto que tenía más significado que todo lo que pudiera decir.
Ya no se sentía parte del mundo. Su hogar, que era junto a esa persona que tanto le había importado, ya no existía. No le quedaba nada ni nadie que le atara a la realidad, a la sociedad. No tenía fuerzas como para empezar de cero, no otra vez. 
"Wait for me to come home"...
Se dijo para sí misma, cantando la última frase de la canción y escribiéndola en el sobre. Se iba a casa. 
Cerró los ojos y, de repente, el mundo ya no estaba.




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miércoles, 15 de julio de 2015

Sin rumbo fijo.

Hace una semana sabía perfectamente qué hacer con mi vida. Sabía qué quería estudiar, a qué me

quería dedicar con total certeza, y estaba tan segura de ello que no me había planteado la opción de que quizás, las cosas no salieran como yo me esperaba. Estaba tan segura de que entraría a la universidad que a penas me preocupaba el no conseguirlo. Y ese fue mi problema. 
Una semana después, me encuentro sin saber qué hacer, sin saber quién soy ni quién quiero ser. Por tres décimas, se han deshecho todos los planes que llevaba más de dos años haciendo y rehaciendo. Me he dado de bruces contra la realidad, y no sé como afrontarla. Yo, que siempre he tenido la cabeza en las nubes, ahora debo librar una batalla contra mi peor enemiga. Y tiene todas las papeletas, porque hasta ahora ha conseguido desanimarme, desconcentrarme y confundirme. Me encuentro de nuevo en el punto de partida, sin un rumbo fijo, sin las ideas claras y con muy pocos ánimos. Además, por todas partes veo cosas relacionadas con la universidad o con lo que quería estudiar. ¿Ya está bien de torturarme, no crees, querida realidad?

"¿Y ahora qué harás?" me preguntan mis amigos, sorprendidos, por el hecho de que siempre había sido de las que tenía más claro lo que quería hacer. "No lo sé", siempre respondo. Sí, quedan más asignaciones, queda la opción de repetir la selectividad en septiembre e intentar entrar entonces. 
Pero... ¿y si no es eso lo que quiero estudiar? Ahora tengo esa duda, que representa un problema con el que no había convivido antes: la incertidumbre de no estar segura de mi futuro. ¿Y si, al fin y al cabo, esa carrera no es para mí? ¿Y si no me gusta? Me ataca el miedo, el miedo a volver a fallarme a mí misma, de volver a ilusionarme y, en consecuencia, a decepcionarme. ¿Y ahora qué hago?
Está claro que lo que debo hacer es seguir adelante, sí, no me puedo quedar de brazos cruzados, eso es obvio. Pero no sé que camino escoger, no sé hacia donde caminar, no sé si debo volver a hacer la selectividad, no sé si debo volver a intentar entrar a la universidad. Parece que tras la noticia de no haber sido admitida mis ideas se han vuelto pequeñas, minúsculas, hasta el punto de desaparecer de mi mente, de borrarse de ella. Acepto que de todos modos hubiera tenido que empezar de nuevo, con universidad o sin ella. Pero empezar de nuevo sin ella significa empezar encima de un lienzo en blanco, de volver a colocar en orden mis ideas y de volver a decidir, cosa que me asusta. Y como me dejo ser una presa fácil, el miedo se apodera de mí. 

Veo el mundo desde el lado negativo, lo sé, y eso que me considero una persona bastante positiva. Pero cuando una de tus mayores ilusiones fallan, lo que queda son pedazos de un sueño roto que cuestan recoger y reparar. La universidad hubiera sido mi vía de escape y ahora quizás no lo sea. ¿Y me preocupa? Sí, mucho.

Queda esperar al día 23 para la segunda asignación. Si no, empezar otra vez, sin rumbo fijo. 
O quizás sí. 




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lunes, 13 de julio de 2015

Fuego de una noche de verano.


Una fresca brisa le acariciaba la mejilla en esa cálida noche de verano. Todo el pueblo estaba ahí, niños y mayores, para celebrar las tradicionales fiestas que daban la bienvenida a la estación más calurosa de todas. La plaza se había puesto su traje de fiesta: toda ella estaba decorada con luces de colores y banderitas que, junto a la veraniega brisa, bailaban al son de la música. Todo lo que veía emanaba vida, felicidad, alegría, euforia, era como si por una noche todos los problemas se esfumaran y solo existiera la hermandad de aquellos que vivían en el mismo pueblo.
Poco a poco se había ido llenando la improvisada pista de baile, donde los vecinos dejaban ver sus mejores movimientos. Los niños se delimitaban a corretear de aquí para allí, parándose alguna vez delante de los altavoces y, como hipnotizados, movían las caderas. Los mayores bailaban pegados, al compás de algún paso doble. Y los jóvenes seguían allí sentados, pero solo momentáneamente, ya que poco a poco el ritmo se iba calando en sus huesos.
Una voz familiar se coló entre la música y anunció que en el siguiente baile se encenderían los farolillos y que todo el que quisiera el suyo, que pasara por la barra del bar para comprarlo. La plaza se vació lentamente, pues era tradición el baile con los farolillos. Una vez las parejas obtenían el suyo, se iban colocando otra vez en medio de la plaza, impacientes por empezar. Siempre había algún impaciente que encendía el suyo antes, delatado por la luz de la vela que llevaba la flor de papel en su interior.
La orquesta por fin terminó la canción y las parejas empezaron a encender sus velas, que a su vez empezaron a emanar luces azules, rosas, amarillas, púrpuras y blancas por toda la plaza. Sonaba una canción lenta y poco a poco las luces se sumaron al vaivén de los cuerpos, siguiendo el ritmo.
Había todo tipo de parejas; padres con sus hijos, hermanos, parejas recién casadas y parejas a punto de casar, noviazgos, parejas que aún no eran pareja pero lo acabarían siendo, parejas de amigos que casi se habían vuelto extraños, matrimonios y parejas mayores que seguían juntos a pesar del tiempo.

- ¿Bailas? - una suave voz susurró detrás de ella.

Girándose, se encontró con su mejor amigo, con una flor de papel en la mano, la otra tendida hacia ella, y una gran sonrisa en su rostro. Le cogió la mano libre y juntos se colaron en medio del cúmulo de luces que poco a poco se iban consumiendo y apagando. Encendieron la suya y dejaron que su cuerpo siguiera la música, mirándose a los ojos. Hacía mucho tiempo que se sentía atraída por él, y él sentía lo mismo. Momentáneamente desaparecieron del mundo, de la gente y de las luces que los rodeaban y solo existieron ellos, fundidos en un cálido beso de verano.
Abiertos los ojos otra vez, se dieron cuenta de que su farolillo se había apagado. Pero no importaba, porque en su interior, se había encendido un fuego mucho más grande.





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lunes, 18 de mayo de 2015

12 points goes to...

Hoy empieza la gran cuenta atrás para el festival europeo más esperado: Eurovision.
Como sabéis, Eurovision es un festival que se celebra año tras año en el cual participan países miembros de la Unión Europea de Radiofusión. Es el programa de televisión más antiguo del mundo, ya que lleva 60 años emitiéndose sin interrupción alguna y, además, es considerado el festival más grande en términos de audiencia.
Este año Eurovision se celebra en la capital de Austria, Viena, gracias a la victoria de la austríaca Conchita Wurst el año pasado en Copenhague con el tema Rise Like a Phoenix. Además, al celebrar su 60 aniversario, el festival cuenta con la presencia de un país como invitado especial, Australia, con la canción Tonight Again cantada por Guy Sebastian,


Hace justo una semana los primeros artistas llegaban al Wiener Stadhalle, la sede de este año, para empezar los preparativos, ensayos y ruedas de prensa de cara a la semifinal que se celebrará mañana. En esta semifinal contaremos con la presencia de 16 países (Grecia, Macedonia, Estonia, Países Bajos, Moldavia, Finlandia, Bélgica, Armenia, Serbia, Dinamara, Bielorrusia, Rumanía, Rusia, Albania, Georgia y Hungría) donde solo 10 se clasificarán para la gran final del sábado.

Los artistas que actuarán en la segunda semifinal, la cual se llevará a cabo este jueves, llegaron a Viena y empezaron los ensayos y ruedas de prensa el miércoles. Esta vez los países participantes son 17 (Noruega, Irlanda, República Checa, Lituania, San Marino, Malta, Portugal, Montenegro, Suiza, Azerbaiyán, Eslovenia, Letonia, Polonia, Islandia, Israel, Chipre y Suecia) de los cuales también solo 10 pasarán a la gran final.

Los siete países restantes ensayaron por primera vez ayer, domingo, ya que tienen su pase asegurado a la final. Estos son Austria, el país anfitrión, Australia, el país invitado, y los conocidos como Big Five (España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania), que por ser los países que aportan más económicamente, pasan directamente a la final.

Pero hablemos de gustos. Hará como un mes, más o menos, que llevo escuchando las canciones, viendo los top 40, leyendo opiniones de la gente y debo decir que me alegra de que haya opiniones tan diferentes. Es decir, hay años que todo el mundo especula que ganará el mismo cantante, pero en esta edición no es así, hay una gran variedad de opiniones.
Entre mis favoritas hay Bélgica (Loïc Nottet - Rythm Inside), Italia (Il Volo - Grande Amore), Estonia (Elina Born & Stig Rästa - Goodbye To Yesterday), Suecia (Mans Zemerlöw - Heroes),
Eslovenia (Maraaya - Here For You), entre otras.
Pero debo decir que mi GRAN favorita este año es Noruega, con Morland & Debrah Scarlett interpretando la canción A Monster Like Me. Es una canción que me transmite muchísimo, una balada interpretada por dos voces extraordinariamente especiales que se merece estar en las posiciones más altas. Os la dejo aquí abajo.



Además, os adjunto el top 10 que publiqué hace unos días en myeurovision.tv (un poco variado, ya que mis preferencias han ido cambiando), en el cual no incluyo a España por ser mi país de residencia. Porque sí, creo que este año va a estar dentro del top 10. Edurne es una gran artista con un directo increíble (por lo que se ha visto en los ensayos, la puesta en escena también es espectacular) y puede dejar el país en una muy buena posición.

1. Noruega
2. Bélgica
3. Eslovenia
4. Italia
5. Estonia
6. Azerbaiyán
7. Suecia
8. Malta
9. Australia
10. Albania


¿Qué os parece A Monster Like Me? ¿Y qué Australia participe en el festival de este año? ¿Qué tal Edurne como representante española? ¡Dejar vuestras opiniones en los comentarios!



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jueves, 7 de mayo de 2015

"Mamá, no quiero ser astronauta"


¿Quién no se ha encontrado en esa tan común situación de pequeño, en la que alguien te pregunta lo que quieres ser de mayor? ¿Y quién no se acuerda de lo que contestó? Había gran variedad de respuestas: bombero, policía, espía, futbolista, superhéroe o astronauta agrupaban gran parte de las respuestas dadas por los niños (yo estaba en ese grupo, porque quería ser espía); mientras que mamá, veterinaria, doctora, modelo o cantante eran las respuestas más comunes entre las niñas. Aunque en realidad, no había un grupo de profesiones para niños y otro para niñas, esto es solo una estúpida separación que recuerdo en mi colegio.  
Entonces dejábamos volar nuestra imaginación, no nos daba miedo soñar y jugar con el futuro porque nos creíamos capaces de todo, nos veíamos salvando el mundo bajo un traje de bombero, o en una misión secreta haciendo de superespía. 

Pero poco a poco nos hemos ido haciendo mayores y, a su vez, hemos abierto los ojos ante el mundo. Hemos descubierto temas que nos interesan y cosas que se nos dan bien. Nos hemos dejado cegar por la sociedad actual, la sociedad adulta, esa que no entiende de sueños más de los que tenemos mientras dormimos y, a veces, ni llega a eso. Una sociedad fría, realista, que nos hace mantener los pies en la tierra sin dejar que nuestra mente sobrepase la altura por la que vuelan los aviones. 
Entonces... ¿dónde han quedado aquellos sueños inocentes, aquellas aspiraciones? ¿Por qué nos hemos echado atrás, por qué no hemos luchado por lo que queríamos desde pequeños? Seguramente por miedo o por los obstáculos que nos hemos encontrado por el camino. Solo muy, muy pocos han conseguido aquello que llevaban toda la vida queriendo y ¿quiénes han sido? Han sido aquellos que han sabido ser valientes, fuertes y capaces con todos los obstáculos que la vida les ha ido poniendo delante de las narices.
Está claro que ser un "superhéroe" tal y como lo pintan los cómics es imposible, pero todos podemos ser superhéroes para alguien si nos lo proponemos. Ser modelo o cantante se consigue aprendiendo y con formación y, aunque la profesión no te permita dedicarte únicamente a eso por cuestiones económicas, al menos dedicas una parte de tu tiempo a hacer realidad el sueño de un/a niño/a, esa persona que eras años atrás. ¿Que la nota para ser doctor es muy alta? Sí, pero lo requiere, y hay una sencilla solución a eso: estudiar. 
Así que si no somos lo que siempre hemos soñado es porque no queremos, por falta de hagallas o por haberlo olvidado, que es lo peor de todo. Las excusas sobran, porque todo se puede hacer realidad con esfuerzo y ganas. 
Porque cuando un niño tiene un sueño, y ese sueño se cumple, aunque hayan pasado años, se crea un momento único, personal e irrepetible, que solo uno puede sentir al hacer realidad sus sueños más profundos. 


"La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen" - William Faulkner




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