Feliz sin corona.

'Se dice que hace tiempo, mucho tiempo, en un lugar lejos de aquí, vivía una princesa. Ella era bella, joven y alegre. Suena a tópico, ¿verdad? Pero no. La dulce Anne, no era como las demás princesas. No vivía en un castillo ni lucía los mejores vestidos de la corte. Tampoco asistía a grandes banquetes y fiestas, pues vivía en una humilde casa en el campo, junto a sus tíos Julie y Peter, cerca de un pequeño pueblo. Iba todos los días a trabajar, ayudaba a su tía a hacer las tareas de casa, y de vez en cuando, se acercaba al pueblo para ver a sus amigos. No parece una vida digna de una princesa, ¿verdad?

Puede que penséis que Anne aún no sabía la realidad y por eso llevaba esta vida, pero lo sabía perfectamente. Sabía que podría llevar una vida en palacio mucho mejor que la que tenía. Sabía que podría ser la envidia de todo el reino, casarse con un noble caballero y vivir rodeada de riqueza. Pero no quería. 

Para ella, eso no le daba la felicidad. Para ella, esa vida era demasiado fácil. No quería riqueza, no quería a un grupo de gente a su alrededor a todas horas diciéndole que estaba preciosa, marcando lo que tenía que hacer y como vivir. Prefería ganarse el dinero ella misma, trabajando. Prefería poder pasar noches frías de invierno contando historias alrededor del fuego con cuatro buenos amigos, que no juzgarían si lo que hacia estaba bien o mal. Prefería enamorarse de quien quisiera, aunque fuera un pobre campesino, y no de alguien marcado por los intereses de su padre. Para ella, todos aquellos momentos, todas aquellas sensaciones y sentimientos, valían más que toda la riqueza que un título monárquico pudiera ofrecerle. 

Prefería vivir valorando las pequeñas cosas que la vida le ofrecía, a estar perdida entre grandes cosas y no saber que rumbo escoger. Por eso Anne era feliz, porque aprovechaba cada instante que le brindaba la vida.'

Ene.